sábado, 15 de enero de 2011

El cambio del norte magnético mueve las pistas de los aeropuertos

Los científicos llevaban un tiempo anunciándolo: el polo norte magnético se está desplazando desde Alaska en dirección a Rusia, y lo hace a una velocidad de casi 65 kilómetros al año, tan rápido que algunos pronostican que en 50 años estará ya en asentado en Siberia. Esto, tarde o temprano, tendrá consecuencias en nuestra vida cotidiana.
En un futuro, por ejemplo, las auroras boreales perderán protagonismo en Alaska y ganarán en belleza e intensidad en el norte de Europa. Pero los primeros efectos de los que ha habido noticia se han registrado en otra parte del mundo, y no precisamente cerca de los hielos polares.
De momento, el aeropuerto internacional de Tampa, en Florida, ha tenido que cerrar su pista principal hasta este jueves para repintar las indicaciones numéricas que guían a los aviones y modificar la señalización. Puede ser el primero de una lista más larga. Y todo por culpa de las variaciones en el polo magnético.
La Tierra tiene dos tipos de polos, los geográficos y los magnéticos. El polo norte geográfico se sitúa en el eje vertical que divide la Tierra, pero el segundo varía con el paso del tiempo y en función del lugar, ya que la brújula se alinea con el campo geomagnético local. El polo norte magnético está actualmente en la isla de Bathurst, en los Territorios del Noroeste de Canadá, mientras el segundo se localiza en Adelia, en la Antártida, y es el que se mueve con más rapidez, lo que puede llegar a causar problemas para la navegación.
Como explica el portal científico fierasdelaingenieria.com, el norte magnético (la dirección en la que apunta la aguja de una brújula) sólo coincide exactamente con el Polo Norte geográfico en los puntos del hemisferio norte situados en el mismo meridiano en el que se encuentra el norte magnético.