jueves, 4 de julio de 2013

Una prueba que costará 100 euros te dirá qué enfermedades vas a padecer

La esperanza de vida en España ha aumentado una media de 4,6 años en las dos últimas décadas, según el INE, y lo seguirá haciendo. Paralelamente, esta última etapa vital está siendo acompañada por las enfermedades crónicas, sobre todo las neurodegenerativas, que cada vez aparecen a edades más tempranas.
( AL FINAL, TODO ESTO ES PARA UNA BUENA CAUSA O TIENE UN TRANSFONDO ECONÓMICO Y DICTATORIAL?? )


Un contexto en el que la medicina preventiva o personalizada se presenta como la única alternativa
“para minimizar este período de declive en la vejez; y los análisis clínicos de longitud telomérica (biomarcadores celulares subyacentes a las enfermedades) son la herramienta clave que la hará posible y eficiente”,
explica Steve Matlin, CEO de Life Length, que en poco más de dos años ha logrado pilotar esta emergente biotecnológica española hasta posicionarla junto a las grandes del sector a nivel internacional.


Una tendencia centrada en la medicina preventiva que cada vez goza de una mayor implantación en EEUU, y que será imprescindible importar a Europa para salvaguardar los sistemas públicos de salud y de pensiones, añade Matlin. La investigación se centra cada vez más en tratar de anticipar las enfermedades y conocer cuáles son las posibilidades de contraerlas. En este contexto, además de las pruebas de medición de telómeros, destacan otras como las de la depresión posnatal, mediante un análisis de sangre, que trata de dilucidar cuáles el riesgo entre las mujeres embarazadas de desarrollar enfermedades psíquicas tras el parto.

Las pruebas diagnósticas que realiza la compañía cofundada por María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), consisten en medir la longitud de los telómeros a partir de un análisis de sangre, lo que ofrece una valiosa información sobre los riesgos de cada individuo de desarrollar enfermedades. De este modo,
“se podría detener su desarrollo o, al menos, mitigarlo”.

El coste de dichos análisis asciende hoy en día a los 500 euros, por lo que todavía se consideran económicamente inviables para los sistemas públicos de salud, siendo solo algunas de las clínicas privadas más punteras las que están haciendo uso de ellas. Sin embargo, según apunta el CEO de la compañía,
“en el último año se logró reducir un 15% su precio y, si seguimos a este ritmo, calculamos que dentro de cinco años podremos ofrecer las pruebas por 100 euros, conforme vayamos automatizando los procesos de laboratorio y abaratando costes”.


Terapia de choque contra los efectos económicos del envejecimiento
La popularización de estos análisis preventivos depende del precio de las pruebas, al mismo tiempo que será muy importante para la supervivencia de los sistemas públicos de salud e, incluso, de las pensiones.
“La inversión de la pirámide demográfica (en 2050, el 36% de la población española tendrá más de 65 años, según Eurostat) está afectando directamente a las arcas de la seguridad social, por lo que no queda otra opción que cambiar el modelo sanitario”,
explica Matlin. Esto es,
“en lugar de esperar hasta enfermar y luego tratar al paciente como se ha hecho en el último siglo, lo que solo es útil para las enfermedades no crónicas, se necesita conocer con antelación el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades para prevenirlas en la medida de los posible”.

El retraso de la edad de jubilación responde también a esta negativa tendencia demográfica, pero el agujero económico de las pensiones difícilmente se reducirá si la mayor parte de la población no llega a esas edades en las condiciones de salud apropiadas para seguir trabajando. Un envejecimiento saludable cuyo principal soporte es la medicina personalizada, apoyada necesariamente en las tecnologías de análisis de telómeros (TAT).

Los responsables de la biotecnológica española entienden que se trata de un difícil reto sanitario, y hasta cultural, pues buena parte de la medicina preventiva consiste en adaptar nuevos hábitos de vida saludables. En EEUU, donde la medicina personalizada ha emergido fuerte en los últimos años (no en vano el mayor mercado de Life Length es el norteamericano) es cada vez más habitual que las empresas y aseguradoras fomentan la proactividad de los individuos en la gestión de sus propia salud. Es decir, si por ejemplo fuman o padecen obesidad, son penalizados económicamente, mientras que si siguen hábitos saludables y tienen una masa corporal adecuada son recompensados.

Hacia la alimentación funcional y la farmacología preventiva
Los telómeros son un campo de investigación en expansión que, en los últimos cinco años, ha producido hasta cinco premios Nobel, además de 16.000 artículos científicos. La ingente actividad académica, que según matiza Matlin es una de las tres patas fundamentales de la empresa, junto a la financiación y los partenariazgos, tiene que ver con la aplicación de la medicina preventiva a industrias como la farmacéutica y la alimentaria

La biotecnológica española tiene líneas de investigación y desarrollo centradas en ambas industrias. En el caso de la alimentaria, uno de los campos emergentes es el de la alimentación personalizada o funcional, que consiste en añadir complementos vitamínicos específicos u otros suplementos nutricionales a la comida para adaptarla a las necesidades de salud de cada uno. “Las conversaciones con las grandes multinacionales de la alimentación, como Nestlé o Danone, están muy avanzadas”, según adelanta Matlin. Una colaboración que se traduciría en una especie de certificación académica de los productos que se venden bajo la etiqueta de ‘funcionales’ por aportar un valor medicinal preventivo.

La industria farmacéutica es otra de las grandes beneficiadas de la innovación en el campo de los telómeros, pues abre la puerta al desarrollo de nuevos medicamentos preventivos, sobre todo en el campo de los cosméticos. Las investigaciones desarrolladas por Life Length también serían útiles para afinar la acreditación de estos productos, donde hay un alto porcentaje de fraude de cosméticos con resultados poco fiables. En estos momentos, la compañía ya ha cerrado acuerdos de colaboración con algunas de las universidades más importantes del mundo, como Harvard, así como con la Organización Mundial de la Salud, además de contar con varios proyectos en marcha financiados por la UE.