miércoles, 18 de mayo de 2011

La razón emerge de la evolución neuronal

Una cartografía neural progresiva produjo la sensibilidad-conciencia, conectando la razón con las emociones, señalan diversos especialistas.
Los pasados días 13, 14 y 15 de diciembre se celebró en la Escuela de Ingeniería de la Universidad Comillas, de Madrid, el segundo Seminario Académico del Programa de Sophia Iberia, financiado por la Fundación Templeton. Bajo el título
“Vida, evolución y complejidad”
en este segundo seminario se retomó un tema tratado en el anterior: el de la razón humana. Cómo podría explicarse científicamente la aparición evolutiva de la razón o cuáles serían las causas evolutivas de la razón fueron algunas de las cuestiones planteadas sobre el tema, en ambos encuentros.
Tenemos que recordar la importancia del conocimiento científico de la razón. No hay ciencia sin epistemología, ya que la ciencia es un producto del conocimiento. De ahí que no puedan valorarse correctamente los productos del conocimiento (la ciencia) sin un esfuerzo reflexivo que nos ofrezca una idea del conocimiento mismo (la razón) que produce todo conocimiento en general y en especial la ciencia. No hay ciencia que no sea producto de la razón científica. No hay metafísica sin ejercicio natural o filosófico de la razón.
El hombre no puede abordar de manera responsable el sentido de la vida sin estar orientado en alguna forma por la razón. Del mismo modo, el lenguaje metafísico sobre Dios, en la filosofía o la teología, depende de un ejercicio de la razón que es producido a partir de la ontología propia del ser humano que determina la forma en que opera y que ha sido producida evolutivamente la razón.
Por tanto, ¿qué es la razón? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Qué causas explican la evolución producida en la especie humana? De acuerdo con su naturaleza y origen evolutivo, ¿cómo explicar el funcionamiento operativo de la razón (en cualquiera de sus formas, por ejemplo en el conocimiento natural, en la ciencia, en la filosofía y en la teología)? profesores que han participado en el primer seminario de Sophia Iberia han proporcionado enfoques complementarios que comentamos:
La razón vital emerge en un mundo de sistemas y estructuras (Roberto Poli)
Para Roberto Poli (Universidad de Trento, Italia) la razón es una consecuencia de la vida, entendida como un “sistema anticipatorio”, y consiste en la formación de representaciones del mundo mediante el análisis y la síntesis de sistemas (estructuras). El proceso evolutivo que llevó al surgimiento de la razón podría ser entendido en términos de la formación de mecanismos sucesivos de análisis de sistemas cada vez más complejos. La acción hacia la supervivencia (respuesta adaptativa), dependería entonces de un previo "análisis de sistemas" (sistemas de representación) que se habría ido construyendo en los organismos vivientes.
El problema del naturalismo y la libertad creativa de la matemática (Gregor Nickel)
Gregor Nickel (Universidad de Siegen, Alemania) presentó la idea de que la razón matemática (formal) es independiente del mundo físico y de las limitaciones que impone una naturaleza física determinista. La razón matemática es una facultad de la mente que permite la libertad creativa y la imaginación formal. No depende del mundo objetivo que impone el determinismo que se manifiesta en las ciencias físicas.
Nickel contribuyó al seminario desde la perspectiva de las ciencias formales y, más particularmente, de las matemáticas. Por tanto, ¿qué es la razón? Nickel respondió que la razón matemática es una creación libre de la mente. Aunque una parte de las matemáticas se haya aplicado a la explicación del mundo determinista de la física (mecánica clásica), sin embargo, las matemáticas no se ven limitadas por la ciencia física referida a un mundo determinista. Es libre y crea mundos que no dependen de la experiencia. El matemático crea sus propios mundos sin constricciones.
La razón nace también de una experiencia de “entanglement” holístico (Harald Wallach)
Harald Walach (Universidad de Northampton, Inglaterra) consideró que el medio ambiente que rodea al hombre no sólo es mecánico y determinista (clásico), sino además un ámbito global en el que el psiquismo humano detecta también un “enmarañamiento” holístico (entanglement). Por ello el surgimiento de la razón natural y la ciencia (para adaptarse a la realidad objetiva y sobrevivir) no sólo está condicionado por una experiencia determinista, sino por una experiencia psicológica integral que incluye la intuición de un mundo holístico no-determinista.
Racionalidad local en una evolución objetiva determinista (Manuel Curado)
Según Manuel Curado (Universidad de Migno, Portugal), la razón tiene un origen evolutivo y, por tanto, siempre es una racionalidad local que nace en los individuos concretos. Cada "localidad", sin embargo, refleja para todos un mundo objetivo-mecánico, computacional, que impone ciertas limitaciones o constricciones a las que todos los seres vivos deben adaptarse para sobrevivir en su “nicho local específico”.
Curado contribuyó al seminario desde la perspectiva de la epistemología, la filosofía y la teoría de la mente, y todo ello en un marco evolutivo. Por tanto, ¿qué es la razón? La respuesta Curado habría sido: no es posible describir una racionalidad universal y absoluta, porque siempre depende de a) su localidad (el "nicho real", donde se produce) y b) la multiplicidad de los seres racionales, en cuya mente se construye la racionalidad real, llena de insuficiencias (la razón es una “tentativa” provisoria de representar el mundo). Sin embargo, la razón es siempre una adaptación evolutiva al medio ambiente y, una vez situada localmente en un "nicho real", se ve limitada y condicionada por la naturaleza objetiva del mundo físico.
Los circuitos neurales, fundamento de la razón emocional (Francisco Mora)
El profesor Francisco Mora (Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina) explicó cómo la razón se ha construido evolutivamente como un mapeo de los circuitos o patrones neuronales orientados a hacer posible una supervivencia adaptativa en orden a mantener el servicio óptimo de los valores emocionales básicos.
Mora contribuyó pues desde la perspectiva de la neurología médica. ¿Qué es entonces la razón? Su respuesta de Mora fue: es el resultado de la interacción de complejas redes neurales o circuitos que representan el mundo de las sensaciones y de las experiencias elementales. La razón es, pues, una función adaptativa del cerebro, siempre centrado en la supervivencia en el medio ambiente. El mundo de las representaciones que aparece ya evolutivamente en las especies animales, se ha complejizado en el cerebro humano y está fundado en una red de circuitos, redes o patrones neurales que, al activarse, producen las experiencias psìquicas en general, la actividad representativa del conocimiento animal y finalmente el ejercicio de la razón.
La conformación ético-estética del cerebro y el origen de la razón (Cela-Conde)
Para Camilo José Cela-Conde (Universidad de las Illes Balears, España) la razón tiene su génesis en la evolución del hombre primitivo. Nace como un instrumento de dominación del medio ambiente, como una representación de un comportamiento ético en el grupo y como la experiencia estética en el espacio y el tiempo. De esta manera, el hombre primitivo ha dado forma a las localizaciones cerebrales que ahora podemos comprobar neurológicamente.
Por consiguiente, Cela-Conde contribuyó al análisis de la génesis de la razón desde el punto de vista de la paleoantropología y de la neurología experimental por medio de la tecnología de la magnetoelectroencefalografía. ¿Qué es por tanto la razón? La respuesta de Cela-Conde fue: la razón es resultado, en primer lugar, de un proceso de enriquecimiento representativo orientado a la acción adaptativa, un proceso que puede ser reconstruido a partir de los datos actualmente disponibles en paleontología y paleoantropología.
La selección natural darwinista explica la génesis de la razón (Neil Spurway)
Neil Spurway (Universidad de Glasgow, Escocia, Fisiología) defendió que la razón es un producto de adaptación de los organismos al medio ambiente en conformidad con los principios de la selección natural darwinista, de acuerdo con el enfoque que ya ha sido expuesto en la hoy llamada Epistemología Evolucionista (Wollmer, Popper).
Neil Spurway consideró que un marco adecuado, aunque no el único, para hacer frente a las preguntas sobre el origen y la naturaleza de la razón, es la llamada escuela de Epistemología Evolutiva. Esta epistemología nos ofrece los criterios fundamentales necesarios para explicar por qué los seres vivos son como realmente son, es decir, tanto en sus aspectos biológicos y psicológicos, o sea en su mente (la mente animal y la mente humana).
A modo de síntesis
La razón sería un producto de la vida en conformidad con los principios de la selección natural darwiniana. La razón habría emergido como instrumento favorable de adaptación al mundo objetivo, tal como ha sido “sentido” por los seres vivientes. Ha sido sentido en una localidad concreta, la propia de cada especie y de cada individuo de ella. Por ello, la racionalidad es siempre local y limitada, no es universal y absoluta. Pero, en general, la vida ha debido adaptarse a “razonar” un mundo físico objetivo de entidades físicas estables y deterministas (clásicas). Pero también a “razonar” un mundo sentido como “unidad” que “enmaraña” todos los objetos en “campos unitarios” y “holísticos” (cuántico).
El mundo objetivo ha producido, en consecuencia, operaciones de la razón como el análisis y síntesis de sistemas (tal como aparece sobre todo en la mecánica clásica newtoniana). Pero el mundo de experiencias holísticas ha producido también otra forma de conocer la realidad y otro estilo de la razón en el sentimiento de la unidad social, el conocimiento ordinario, el arte y la poesía, la unidad indiferenciada con el “todo cósmico”, y, más recientemente con el nacimiento de partes importantes de la ciencia, como es la mecánica cuántica. La estructura de la experiencia determinista de un mundo rígido (clásico) y el enigma de la ontología holística de la realidad han impulsado la imaginación racional humana en la ciencia y en la libre creación de los universos formales. El discurso de la razón surgió en dependencia de la experiencia del mundo con funciones adaptativas.
En las primeras etapas de la evolución humana la razón creó el conocimiento ordinario que aunaba tanto las diferencias de un mundo de objetos que se reconocía como su unidad holística de fondo, tal como se ve, sobre todo, en las experiencias éticas y estéticas, donde el hombre se conecta con el cosmos en la libertad y en la experiencia holística de su pertenencia al “todo cósmico”. En un momento de la historia de la ciencia apareció la mecánica clásica que se limitó a un mundo determinista de objetos diferenciados (esta limitación acabó en el reduccionismo). Por último, la mecánica cuántica recuperó la vivencia de unidad ya presente en el conocimiento ordinario desde el hombre primitivo. Todo este rico mundo de la mente, construido poco a poco a través de experiencias sensoriales y de las representaciones conceptuales, diseñado para adaptarse correctamente el mundo objetivo, fue posible gracias a los circuitos o patrones neurales del cerebro que hicieron posible la rica actividad psico-bio-física de la mente.
Esta cartografía neural progresiva produjo la sensibilidad-conciencia (mediante procesos psicobiofísicos cuya ontología real todavía desconocemos) y sirvió para conectar la razón con las emociones de las especies a fin de fortalecer los valores adaptativos de la vida. Hoy en día la ciencia dispone, pues, de teorías complexivas que pueden explicar, en un marco naturalista, por qué la razón ha emergido evolutivamente y cuáles son las causas que permiten justificar esta emergencia a partir de la ontología unitaria del universo.