miércoles, 18 de mayo de 2011

Los coches que se mueven con orina ya no son ciencia ficción

Con el precio del petróleo por las nubes, un equipo de investigadores ha abierto la puerta a la posibilidad de cambiar la gasolina… por la orina. La prueba de que es algo más que ciencia ficción es que los ingenieros de las principales marcas de coches, desde Mercedes hasta Toyota, se han remangado para conseguir el repostaje del futuro. La solución puede estar en la urea.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, se encerró en el laboratorio con una misión: dar con la forma más eficaz de obtener hidrógeno para utilizarlo como combustible en la automoción. Señalado por muchos como la “gasolina del futuro”, el problema de ese gas es que es difícil de almacenar y muy costoso.
El atajo para llegar a esta combustible es de lo más sorprendente: los científicos han encontrado la forma de descomponer en hidrógeno los dos elementos presentes en la orina, la urea y el amoniaco, aplicando una pequeña cantidad de corriente eléctrica, según explicó a la BBC la profesora Geraldine Botte, autora del estudio .
Según esta investigadora, este proceso es más barato y eficiente que los empleados hasta la fecha para conseguir el hidrógeno, además de algo tan incuestionable como que es “el resultado de desechos orgánicos".
Grandes fabricantes
Convencidos de que el final de esta utopía está más cerca de lo que parecía, empresas automovilísticas como BMW, Mercedes Benz, General Motors, Ford o Toyota tienen a equipos de ingenieros específicos en encontrar combustibles producidos a partir del hidrógeno.
El hidrógeno se encuentra en grandes cantidades en la Tierra, pero generalmente acompañando a otros materiales. El mecanismo más habitual para obtenerlo es mediante la electrólisis del agua, donde es más abundante el hidrógeno, aunque este proceso requiere de mucha energía y una materia prima –el agua- extremadamente pura.
Por eso es tan importante esta nueva vía de investigación:
"La orina de los 22.000 estudiantes de esta Universidad, -el ser humano orina de dos a tres litros por día- podría generar energía para unas 50 a 70 casas, al ser procesada por una celda de combustible”,
explicó Botte.
Según los cálculos de la investigadora, un vehículo dotado de una celda de hidrógeno que funcione con un litro de orina tendría para recorrer 40 kilómetros.
Por el momento ya se ha desarrollado la tecnología para colocar tanques de urea en los camiones de diesel fabricados en Estados Unidos.
“Si ya cargamos vehículos con urea ahora la podemos utilizar para producir hidrógeno",
afirma Botte.