martes, 9 de agosto de 2011

Abramovich deja su yate por 1,5 millones a la semana


Los dueños de una embarcación de recreo dicen que el barco de ta dos alegrías:
el día que lo compras y el día que lo vendes.
También se dice que lo mejor no es tener barco sino un amigo que tenga barco… y que te invite a montar en él, claro. Roman Abramovich, el multimillonario ruso, tiene el yate más grande y más caro del mundo, el Eclipse, valorado en dinero suficiente como para alimentar a media Europa durante todo un año, y como no puede hacer uso del mismo durante todo el año porque el hombre está ocupado y tiene sus negocios que atender, ha decidido alquilarlo por semanas… si es que tienes 1,5 millones de € para pagar lo que cuesta estar una semana en el Eclipse. Y aún hay más.
Con 170 metros de eslora y nueve alturas por banda, no corta el mar sino vuela un yate que no bergantín propiedad del dueño del Chelsea, adinerado como pocos en este confín (mis disculpas a Espronceda).
El Eclipse es un yate al que llenarle el depósito de combustible cuesta nada más que 400.000 € pero es que de alguna manera hay que tirar de los 30 invitados que es capaz de acoger además de la tripulación de 75 miembros.
Dotado de todo lujo imaginable el Eclipse está a disposición del que pueda permitirse ese desembolso, que a fin de cuentas no es tanto si los 30 invitados pagan a escote y se queda la cosa en unos 7.000 € al día por pasajero del que es probablemente el yate más exclusivo del mundo, con posibilidad de hacer uso de sus dos piscinas, sus dos helipuertos… ¿es que todo lo hacen por duplicado, estos ricos?