martes, 9 de agosto de 2011

El fin de la era de los átomos

Como bien rezaba Nicholas Negroponte en su libro Mundo Digital el tiempo en el que nos intercambiaremos átomos con el fin de intercambiar información tiene su fin escrito, y si no al tiempo.
¿Por qué?
¿A qué te costaría imaginar comprar los juegos de tu teléfono móvil en una tienda y llevarte a casa un “disco” que deberías introducir en tu teléfono para que funcionara? Pues a nuestros hijos les costará lo mismo cuando les hablemos de escritos, programas y por supuesto música. Vamos a analizar un poco más cada uno de los aspectos que hemos mencionado.
Libros.
Por supuesto que el libro en papel sigue teniendo su encanto pero al igual que lo tienen los discos en vinilo, pero es verdad que un libro “atómico” sigue siendo cómodo. Pero la verdad es que la mayoría de información que leo es en una pantalla, ya se TV, ordenador, teléfono etc… Y no hablemos de los periódicos, hace tiempo que se rumoreaba que las páginas web de los periódicos cobrarán por acceder a su contenido y ya hay ejemplos de ellos como eskup. Es obvio que no es sostenible, y más con la crisis energética y medioambiental que se nos viene encima en breve gastar semejante cantidad de medios, tiempo y personas en imprimir todas las noches el periódico de mañana. Basta con una pequeña descarga a nuestro libro electrónico y listo.
Programas.
¿Te has descargado alguna vez algún programa directamente a tu ordenador? De manera legal por supuesto, y si me hace “ilusión” tener algo más sobre mi juego favorito o algún manual del programa que quiero, compro exclusivamente esto, la documentación, aunque ya hemos dicho que podría ser descargada a nuestro libro electrónico. El último ejemplo de este medio es la Mac App Store, desde donde Apple está ofreciendo sus programas y los de sus desarrolladores de forma digital directamente al ordenador. Incluso su nuevo sistema operativo, Mac OS X Lion, será distribuido a través de este medio.
Música.
A día de hoy todo el mundo conoce iTunes, Spotify y todas sus variantes. Ni que decir tiene que seguirán existiendo los CDs, pero como una especie de Merchandising que se venderá en los conciertos junto con la camiseta de tu grupo favorito pero no como medio de distribución de la música. Sólo hay que ver el ascenso de ventas que ha tenido este medio, el vinilo, desde hace cinco años hasta aquí, y la bajada del CD. Pero ¿cómo es esto posible? ¿No decíamos que no tiene sentido intercambiar átomos para manejar información? cierto, pero cuando compras un vinilo, no compras la música, si no que compras algo más. Es como si comprases una lámpara decorativa o un nuevo gadget.
Y lo que hasta hoy día frenaba este cambio era la necesidad de un ancho de banda un tanto alto pero ahora que se ofertan velocidades de 50 Mb por precios razonables poco hay que frene este cambio. Y por supuesto que internet no va a matar el CD al igual que el CD no mató al vinilo, pero al igual que este último, el CD se convertirá en algo nostálgico y no algo común para comprar música.
Una última reflexión, ¿hace cuánto que no escribes una carta con un bolígrafo sobre un papel, la doblas, le pegas un sello y le das un beso antes de meterla al buzón? Si esta reflexión te ha hecho preguntarte cosas sin duda merece la pena que bajes a la librería y pages unos euros por un puñado de átomo para leerte el Mundo Digital de Nicholas Negroponte.