Vale que el suelo y la vivienda están muy caros, pero lo de esta casa en Polonia ya es poco excesivo, se trata de posiblemente la casa más fina que se haya hecho jamás y se encuentra entre dos edificios con una anchura máxima de lo que mide un enano tumbado con un casco vikingo y alzas, unos 1,21 metros según el sistema internacional de medida de la Tierra Media.
Pero si no bastaba con que su parte más ancha sea de 1,21 metros, es que aún existe una parte más estrecha con 72 centímetros, justo la parte por donde se encuentran unas escaleras para subir a la casa.
Y es que esta casa del distrito Wola, en Varsovia, y diseñada por el estudio de arquitectura Centrala como podéis ver, a pesar de tener un espacio mínimo de 14,5 metros cuadrados de planta, lo aprovecha al máximo.
La estructura es un bastidor de acero tridimensional con madera contrachapada, paneles aislantes y poliestireno con hormigón pintado. El interior y exterior serán totalmente blancos, al menos al principio, ya que con la poca maniobrabilidad que permite, manchar a tu paso será lo normal, y en ella vivirá el escritor israelí Etgar Keret… o al menos lo intentará.
Se admiten apuestas entre los lectores de por qué tiene forma triangular y está construida varios metros por encima del suelo con escalera para su acceso, y aceptamos cosas tanto como para que el techo aguante la nieve como porque al dueño le dan miedo los zombies.
Sea como sea, supuestamente estará terminada para finales de este año y meses más tarde podremos ver si su dueño ha sobrevivido o ha terminado peor que Jack Nicholson en el Resplandor, por suerte al ser tan pequeña no puede convivir con nadie más y practicar con el hacha.
